Imagínese que está en un restaurante disfrutando de su cena, luego entra al baño y descubre que ha cruzado a una zona política diferente bajo el control de otra autoridad. Corres hacia la sala de juegos y te encuentras en una tercera zona en disputa entre el restaurante y el baño. Ésta es la realidad de las divisiones políticas que afectan a la ciudad de Sebastia, al norte de Naplusa, en Cisjordania palestina.
En 1995, se firmó el Acuerdo de Oslo entre Israel y la Autoridad Palestina, que delineaba la división administrativa de Cisjordania en las Áreas A, B y C como un acuerdo de transición. Se pretendía que Oslo fuera temporal, y con el tiempo la jurisdicción total de las tres áreas se transfiriera gradualmente a la Autoridad Palestina. En cambio, las divisiones persisten: el Área A es administrada por la Autoridad Palestina, el Área C por Israel y el Área B bajo control conjunto.
La compleja situación de Sebastia y las casi 7.500 millas que la separan de Estados Unidos no impidieron que Richmond, California, reconociera su profundidad histórica. A pesar de los contrastes de distancia y libertad, el Ayuntamiento de Richmond aprobó una decisión que establece una asociación de ciudad hermana con Sebastia.

(Courtesy of Durgam Fares)
En Agosto 26 el alcalde Eduardo Martínez junto con los concejales Claudia Jiménez y Soheila Bana co-patrocinaron la resolución y señalaron que a principios de 2025, 160 de los 193 estados miembros de las Naciones Unidas reconocen al Estado de Palestina, lo que representa más del 75 por ciento de la comunidad internacional.
El Ayuntamiento de Richmond aprobó la relación como parte de un esfuerzo por fortalecer sus conexiones internacionales y ganar visibilidad ante audiencias globales.
“Establecer una relación de ciudad hermana con Sebastia, Richmond demostraría liderazgo local en diplomacia, solidaridad e intercambio cultural en un momento en que tales conexiones son necesarias a nivel mundial”, según un memorando incluido en la agenda del ayuntamiento.
A pesar de los contrastes entre las dos ciudades, Richmond y Sebastia comparten una conexión histórica, según documentos proporcionados al Ayuntamiento de Richmond.
Los primeros habitantes conocidos de Richmond fueron los Ohlone, que se establecieron en la zona hace unos 5.000 años. Vivían en grupos distintos con una cultura estable y pacífica arraigada en los vínculos comunitarios, la espiritualidad y la creatividad artística.
Mientras tanto, el rey Herodes de Grecia nombró a Sebastia, que significa “la venerada” o “la majestuosa”. Hoy en día, Sebastia, situada en la cima de una colina al norte de Naplusa, en Cisjordania, sigue siendo uno de los sitios arqueológicos más importantes de la región. La ciudad ha estado habitada continuamente desde la era cananea, pasando por los períodos romano, bizantino, islámico y otomano. Sus residentes continúan preservando una identidad cultural vibrante basada en la resiliencia, la comunidad y la preservación histórica. “La asociación entre ciudades hermanas es una oportunidad para fomentar la comunicación, conocer de cerca la situación actual de Sebastia y transmitirla a otras naciones”, dijo Durgam Fares, director general del Ministerio de Turismo y Antigüedades en la ciudad de Naplusa.
“También ayudará a la ciudad a desarrollar y preservar sus sitios arqueológicos y proteger los proyectos de desarrollo de infraestructura. Estos proyectos fortalecen la presencia palestina en la tierra, porque la restauración y la preservación atraen a más turistas, lo que contribuye al crecimiento del sector turístico”.
Mientras Richmond lucha con el desafío de la contaminación causada en gran parte por la presencia de una enorme refinería de petróleo, Sebastia enfrenta otro tipo de desafío: lo que los palestinos describen como intentos de Israel de distorsionar o socavar su historia.
“Desde el 7 de octubre, ha habido múltiples violaciones en la ciudad, en particular repetidas incursiones de colonos bajo la protección de soldados israelíes, además de excavaciones ilegales en la entrada de la ciudad conocida como torres defensivas y puerta occidental”, dijo Fares. “No sólo eso, los israelíes volvieron a trazar los límites del sitio para incluir el Muro Occidental bajo su control. Los agricultores cuyas tierras caen dentro de ese límite se han visto afectados. Incluso cuando cuidan sus propias tierras agrícolas, se les acusa de robar antigüedades y se los arresta, a pesar de que la tierra es de propiedad privada”.
Fares añadió que el acoso por parte de Israel se está intensificando y que mientras los palestinos trabajan duro para restaurar y mejorar el sitio, Israel les impide hacerlo. Dijo que mientras los equipos del ministerio limpiaban y reparaban un sitio arqueológico en el Área B, los soldados israelíes intervinieron, robaron un sarcófago romano y detuvieron a los empleados durante horas antes de liberarlos.

(Courtesy of Durgam Fares)
El reportero Jameel Dabbarbat describió una escena más ligera en el borde de la Plaza del Foro en Sebastián para ilustrar el conflicto que padece la ciudad. Observó a un grupo de niños mover un balón de fútbol. En un solo segundo, el balón cruzó del Área A controlada por los palestinos al Área C controlada por los israelíes, y luego regresó al Área B en disputa en la plaza de la Basílica: ligera y despreocupada, sin fronteras. El esfuerzo de los niños por superar las divisiones políticas es mucho menor que el nuestro para explicar una realidad que hace que la política sea más pesada que un balón de fútbol.
“A pesar de las restricciones que enfrenta la ciudad, la comparación es justa”, dijo Dabbabat, periodista e investigador palestino. “Cuando hablamos de una pequeña ciudad como Sebastia con raíces históricas y culturales tan profundas, es importante recordar que alguna vez fue la capital de Samaria, un centro de vida urbana, judicial, comercial y artística en la historia antigua durante la fundación de Neápolis, y el punto de partida del desarrollo romano.
“Su nombre siempre ha estado ligado a grandes civilizaciones”, explicó. “Cuando la Sebastia ocupada se vincula con una ciudad libre en el mundo desarrollado como Richmond, le da a la ciudad una importancia y un valor significativos, a pesar de la gran brecha de población entre los dos lugares”.
